En Estella, en
la falda del monte Puy se reunían a menudo los pastores con sus ovejas. Un día
vieron que sobre la cima caían muchas estrellas. Se dirigieron al lugar y encontraron
una cueva y dentro de ella una imagen de la Virgen.
Muy
contentos avisaron a la parroquia del suceso. Cuando el sacerdote y toda la
comitiva quisieron sacarla de allí, vieron que no podían moverla ni un
centímetro; alguna fuerza misteriosa lo impedía. La Virgen quería quedarse
allí, así es que levantaron un santuario en el lugar de la aparición.
Esto
sucedía el año 1085, con el rey Sancho Ramírez, que decidió fundar allí mismo
una ciudad: Estella.
A
partir de entonces la devoción aumentó, y su fiesta, que se celebraba el 8 de
septiembre, en 1655 se trasladó al primer sábado de agosto para hacerla
coincidir con las Fiestas de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario