El Paso honroso fue
un torneo que tuvo lugar en el puente de la
localidad de Hospital de Órbigo en la provincia de León (España).
La acción sucedió en el Año jacobeo de 1434. El caballero leonés, Suero de Quiñones, de familia insigne, pidió
audiencia al rey Juan II de Castilla para exponer una
petición. El rey se hallaba por entonces en el castillo de la Mota (Medina del
Campo, Valladolid) con toda su familia.
La petición era obtener
el permiso para llevar a cabo un torneo especial en que tendrían que participar
a la fuerza todos los caballeros que pasaran por el lugar elegido, que era el
puente de Hospital de Órbigo, situado en la ruta leonesa del Camino de Santiago. Si se negaban a participar,
debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo.
La justa o torneo
tendría que mantenerse durante un mes en el que Suero de Quiñones estaría
acompañado de sus mejores amigos. Don Suero llevaba colgada al cuello cada
jueves una argolla metálica, como prueba de amor hacia su dama Doña Leonor de
Tovar. El motivo para proponer las justas del puente era poderse librar de dicha
argolla peregrinando a Santiago después de haber vencido a
todos los caballeros que se presentasen en dicho puente y tras haber roto 300
lanzas a razón de tres por caballero.
El rey le dio permiso y
ofreció toda clase de facilidades. Invitó a los mejores caballeros del reino a
que pasasen por el camino de Hospital de Órbigo. El torneo comenzó el 10 de julio de 1434 y terminó el 9 de agosto del
mismo año, día en que don Suero fue herido. Sólo hubo un descanso el día 25,
festividad de Santiago. Se levantó el tinglado junto al puente y cada día se
comenzaba con una misa solemne y se terminaba con un gran festín. Las crónicas
cuentan que sólo hubo una muerte al cabo del mes, la de un caballero catalán
llamado Asbert de Claramunt, que recibió un lanzazo en un ojo atravesándole el
cerebro. Parece ser que la Iglesia prohibió que se le enterrase en lugar
sagrado.
Cuando terminó el
torneo, don Suero y sus amigos se dirigieron en peregrinación a Santiago a
cumplir con la promesa hecha. Don Suero depositó allí la argolla y la cinta
azul que simbolizaba su amor por la dama y en la que estaba escrita una leyenda
que lo atestiguaba:
Si à vous ne plait de avoir mesure,
certes je dis que je suis sans venture |
Si no os place corresponderme, en verdad que no hay dicha para mí
|
En la actualidad esta
cinta se halla alrededor del cuello de una imagen de Santiago Menor que está en
la catedral, en la capilla de las reliquias.
La argolla es una gargantilla de oro y se encuentra en el relicario del Apóstol.
En este siglo XV ya
no se hacían justas caballerescas al estilo de Chrétien de Troyes. Fue simplemente una moda
o un juego, pero de tal envergadura y renombre que hasta Don Quijote se refiere
a este caballero leonés de la siguiente forma:
...digan
que fueron burlas las Justas de Suero Quiñones del Passo, las empresas de Luis
de Faces contra don Gonzalo de Guzmán, caballero castellano, con otras muchas
hazañas hechas por caballeros cristianos, tan auténticas y verdaderas, que
torno a decir que el que las negase carecería de toda razón y buen discurso.
Desde 1951 puede verse
en el puente de Hospital de Órbigo un monolito con los nombres grabados de
todos los que pelearon junto a Don Suero: Lope de Estúñiga, Diego de Bazán,
Pedro de Nava, Suero Gómez, Sancho de Rabanal, López de Aller, Diego de
Benavides, Pedro de Ríos y Gómez de Villacorta.
Aquel torneo fue
conocido como El Passo Honroso y fue narrado y cantado por muchos
poetas de la época. El notario real Pero Rodríguez de Lena dejó por
escrito una crónica del hecho.
Desde 1997 el primer
fin de semana de junio, Hospital de Órbigo celebra sus justas medievales del
paso honroso, en recuerdo de aquella hazaña y como atracción turística
declarada Fiesta de interés turístico regional. Miles de damas, caballeros,
mercaderes, campesinos, reyes, brujas, bufones, monjes, mesoneros… todos ellos
ataviados con sus mejores trajes, escudos, espadas y música, llenan las calles
de la villa adornada con pendones, banderas, mercado y mesones. La fiesta
culmina en la tarde del domingo con el Gran Torneo en el palenque donde hacen
su aparición los caballeros con sus damas y escuderos para enfrentar sus lanzas
a lomos de sus corceles, recreando la victoria del hijo del Conde de Quiñones.
También junto a la
original ubicación de la Puerta de Hierro de Madrid Don Beltrán de la Cueva defendió esa entrada
en un "Paso Honroso" y fue donde entregó la inicial "B" de
oro a doña Blanca II de Navarra.
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