Los primeros valientes

Peregrinos en la niebla
3 de febrero, festividad de San Blas.
"Por San Blás, la cigüeña verás". 
En esta ocasión no ha sido la cigüeña, sino una pareja de peregrinos que nos hemos encontrado en Tudela, concretamente en el Soto de los Tetones, recorriendo la orilla del río Ebro, hacia Castejón.
Eran las 10,15 de la mañana, 10 grados de temperatura, que no se apreciaban por estar enmascarados por el frío cierzo que después de una tregua nos ha sorprendido esta mañana.
Mientras contemplábamos las marcas de humedad que las orillas río Ebro nos mostraban, como testigos mudos del descenso de su cauce, nuestra salida en bici se ha visto sorprendida por la imagen, a lo lejos, de lo que ya parecía ser una pareja de peregrinos. A su espalda se apreciaba la inconfundible mochila, aderezada con los elementos clásicos del peregrino a Santiago, coronados por el brillo solemne de su vieira, que les delataba sin siquiera ser alcanzados, colgada de las correas y bailona a cada paso.

Puente sobre el río Ebro - Tudela
Una vez a su altura, nos detenemos para saciar nuestra curiosidad, como si quisiéramos encontrar cómplices que bendijesen nuestro proyecto para este año (pretendemos, una vez más, realizar el Camino en bici cuando el buen tiempo se consolide, en nuestras ya clásicas 12 etapas).
En su soledad nos ha parecido que agradecían nuestra visita, y más aún nuestro interés. Y nos cuentan que partieron hace 25 días de Benidorm, que han enlazado con el Camino Francés en Mallén, y que pretenden llegar a Logroño para seguir rumbo a Bilbao hasta tomar allí el Camino del Norte. Total, unos 60 días de peregrinación hasta Santiago de Compostela.
No es la primera vez que hacen el Camino, y casi siempre lo hacen en invierno, "por evitar las aglomeraciones" de los meses venideros, con climatología menos adversa.
Eso sí, se quejan de la escasa infraestructura que los albergues muestran es estos meses, y que tienen que recurrir a buscar alternativas en los diferentes hostales y hoteles de los pueblos por los que van pasando.
La dificultad de encontrar albergues en esta opción invernal, la compensan con la ventaja que supone conseguir algo para ellos muy deseado, la tranquilidad del Camino con apenas peregrinos, lo que les permite, según nos dicen, caminar con la tranquilidad y el recogimiento que ambos anhelan.
Nuestro reconocimiento y admiración para todos aquellos valientes que emprenden el Camino en estos meses. El frío, la nieve, las mañanas heladoras, la niebla, son malas compañías y añaden al camino un extra de dificultad y de mérito.
Después de intercambiar con ellos experiencias de nuestras diferentes ediciones, es hora de ponernos todos en marcha de nuevo, que el sudor ya se nos ha quedado frío y se nota en nuestros cuerpos. No sin antes aconsejarles donde comer hoy como merecen, en Alfaro, meta de la etapa que han emprendido en Mallén. Y, claro está, nos despedimos en el idioma oficial del peregrino: 

Buen Camino !!!.
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