Etapa 4. Santo Domingo de la Calzada – Burgos (72,9 km)
Después de un magnífico desayuno, partimos rumbo a Burgos. Primero
pasamos por la dehesa objeto de la batalla que da nombre al monumento a “La
Cruz de los valientes”, donde Santo Domingo de la Calzada y Grañón libraron en
el siglo XIV una batalla por la propiedad de una dehesa de mil fanegas que se
extiende entre las dos poblaciones.
La Cruz de los Valientes |
Enseguida
llegamos a Grañón, última población de La Rioja antes de adentrarnos en
Castilla por Redecilla del Camino, Castildelgado, Viloria de Rioja (de donde se
dice que era natural Santo Domingo), Villamayor del Río y Belorado. Poblaciones
llenas de magia en la historia del Camino de Santiago.
Hemos dejado
atrás La Rioja. En ella, hasta las piedras hablan de historia y frontera,
cultura y gastronomía de altura, de clima, parcelas, terruños, de vino, guardaviñas
y lagares rupestres. Allí es fácil hacer fotografía sin entender lo que es un
clic.
Entramos en Castilla y León |
Ya en
Belorado se empieza a empinar el camino, hasta Villafranca de Montes de Oca, a
unos 10 km.
Una vez en
Villafranca, nos espera la primera tachuela de verdad del Camino, el alto de la
Pedraja, de 3,7 km., y que pasa de 949 a 1.149 metros de altitud.
Las primeras
rampas son muy duras, rodeadas de robles, enebros y brezos, para ponerse
enseguida con un porcentaje de entre el 7 y el 9 % que ya se hace más
llevadero. Hasta llegar al monumento a
los Caídos en la Guerra Civil. Acto seguido la pista desciende como un tobogán
hasta el cauce de un río para afrontar un duro, aunque corto, repecho. La pista
de gravilla suelta se convierte a partir de ahora en una amplia pista forestal
cercada de pinares repoblados por la que solventamos los restantes siete
kilómetros y medio hasta llegar al monasterio de San Juan de Ortega, una de las
grandes joyas del Camino de Santiago.
Capitel de la Anunciación |
El santo
burgalés Juan de Ortega (1080-1163) fue discípulo de Santo Domingo de la
Calzada y colaboró con él en la construcción de puentes y calzadas antes de
viajar a Tierra Santa. A la vuelta edificó en el mismo lugar que nos
encontramos una iglesia bajo la advocación de San Nicolás de Bari.
Se trata de
la Iglesia de San Juan de Ortega (S. XII). En su interior se encuentra el
mausoleo del Santo así como el célebre capitel de la Anunciación. Aquí se
produce el llamado “Milagro de la Luz”. En el interior de la iglesia hay un
capitel románico que recibe la luz que se cuela por una ventana ojival
únicamente los días de equinoccio: el 20 de marzo y el 22 de septiembre. Un
espectáculo que espero contemplar pronto en vivo y en directo.
En San Juan
almorzamos un buen bocadillo de jamón, y salimos rápido porque nos persigue una
tormenta que ya arroja sus primeras gotas amenazadoras. Estrenamos los
chubasqueros, cubre mochilas y cubre casco que habíamos comprado para la
ocasión, y casi ni se mojaron. Tuvimos suerte pero la llevamos buen rato detrás
nuestra, sintiendo el ronroneo de los truenos en nuestras espaldas.
Después de
pasar Atapuerca, una vez librados de la tormenta y despojados de los
chubasqueros, toca ascender una pequeña cota que se hace muy dura. No tanto por
su desnivel como por el terreno, consistente en una enorme roca caliza y pelada
con irregularidades constantes que la hace muy peligrosa y resbaladiza para la
bici. Arriba nos espera una gran cruz de madera con una flecha amarilla en su
base que invita a seguir en paralelo a una desvencijada alambrada.
Más adelante encontramos un índice geodésico a una altitud de 1.077 metros nos indica el comienzo del descenso hasta el valle del río Pico. Nos encontramos una señal que avisa del 18% de desnivel en la bajada, que aunque el firme es de cemento rugoso, la bici bota como una pelota. Este firme rugoso y el desnivel constante de la bajada, hace el descenso muy peligroso, y debe bajarse tensando los dos frenos a la vez. O de lo contrario en la curva más inesperada se puede hacer un recto en un segundo, o salir volando por encima del manillar.
Más adelante encontramos un índice geodésico a una altitud de 1.077 metros nos indica el comienzo del descenso hasta el valle del río Pico. Nos encontramos una señal que avisa del 18% de desnivel en la bajada, que aunque el firme es de cemento rugoso, la bici bota como una pelota. Este firme rugoso y el desnivel constante de la bajada, hace el descenso muy peligroso, y debe bajarse tensando los dos frenos a la vez. O de lo contrario en la curva más inesperada se puede hacer un recto en un segundo, o salir volando por encima del manillar.
En este
tramo, nosotros continuamos hasta Burgos por el trazado del Camino original.
Sin embargo
existe una opción, que me la ha recomendado nuestro amigo Julio Buñuel, que
consiste en desviarse al llegar a Orbaneja-Riopico (a 11,5 km de Burgos).
Para seguir
esta opción, a todas luces más conveniente, hay que hacer lo siguiente:
Al llegar a Orbaneja-Riopico
continuamos por la carretera y pasamos sobre la AP-1. En breve, como a
doscientos metros y junto a unos unifamiliares, encontramos una doble
señalización. La que indica de frente avanza hacia Villafría y
la que se desvía a la izquierda (marcada con pintura con la opción
Río) se dirige hasta Castañares.
Toca elegir
cuál seguir. La de Villafría es más pesada, ya que llegados a esta localidad
restan 9 kilómetros hasta la capital al pie de la N-1 y atravesando un paisaje
industrial y sumamente urbano. La de Castañares es mejor alternativa. Por ésta
giramos a mano izquierda por la pista de tierra y caminamos entre restos de
escombreras hasta toparnos con la valla del aeropuerto, que establece su perímetro
de seguridad. Pegados a la valla, continuamos hasta el mismo Castañares,
al pie de la N-120.
Desde
Castañares, la lógica y la señalización, imponen seguir hasta Burgos por el
andadero de la N-120, que pasa antes por Villayuda. Sin embargo existe una alternativa
mucho más apetitosa que evita la tediosa entrada a la capital. Se trata de
tomar el paseo fluvial del río Arlanzón que lleva tranquilamente
hasta el mismo centro de Burgos. No es histórica y los puristas del Camino no
la apoyan pero va ganando adeptos. Se inicia en un puente peatonal sobre el río
burgalés. Caminando a la vera del río durante más de tres kilómetros llegaremos
junto a la playa Fuente del Prior.
El mismo
paseo nos llevará hasta el puente de San Pablo o puente del Cid,
reconocible por las soberbias esculturas medievales que adornan sus pilares. En este punto se juntarían las dos
alternativas del camino.
Arco de Santa María - Burgos |
Catedral de Burgos |
Por la tarde,
visita guiada a la Catedral, experiencia siempre sorprendente y cautivadora,
cervecita con acompañamiento en la Mejillonera, y a cenar a la terracita, que
el tiempo acompaña. Con esto, y el paseo de rigor antes de acostarnos, de
vuelta al hotel, que se van notando los km acumulados.
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